sábado, 18 de mayo de 2013

PUNTUALIZACIONES

Decir que Pérez Reverte (el bueno no el Martínez) es un gran escritor, no es descubrir nada nuevo. Pero eso no significa que haya que estar de acuerdo con el, en todo lo que dice, ni que a veces, tal vez por querer ser equidistante,  sus opiniones  estén bien fundadas.

Reverte hace poco ha publicado un artículo en relación al aniversario de Krasny bor y posteriormente otro en relación a la polémica suscitada por la publicación del primero.

Bien, a raíz de este articulo quisiera hacer una serie de consideraciones, sobre la opinión de Reverte. Autor, sobre el que tengo magnifica opinión, aunque tiene cierto tufillo a progre en su manía de descalificar, sin grandes argumentos, el régimen anterior, por el intento, creo yo, de marcar distancias con el mismo, sabiendo como el sabe, que defender la historia y el heroísmo de nuestros soldados a lo largo de la historia no convierte a nadie en franquista.

Como lógicamente mis lectores no, tienen porque haber leído dicho articulo os lo transcribo para ver de que estamos hablando.





Recordando KRASNY BOR.

Mi abuelo paterno, que era uno de esos republicanos de antes, cultos, viajados y con biblioteca, escéptico como todo hombre sabio, solía repetir una frase que yo, de pequeño, no alcanzaba a penetrar del todo: «Los españoles sólo servimos para salir en los cuadros de Goya». No fue sino más tarde, cuando leí libros, viajé y me familiaricé con cuadros como los del 2 de Mayo en Madrid o el Duelo a garrotazos, cuando comprendí a qué se refería mi abuelo, y por qué, entre todos los pintores españoles, utilizaba a Goya como clave lúcida. Como amarga referencia.

Hace unas semanas hice un experimento. Se cumplían 70 años de la batalla de Krasny Bor, cerca de Leningrado, donde 5.000 españoles de la División Azul encajaron el ataque de dos divisiones soviéticas integradas por 44.000 hombres y 100 carros de combate: una compañía aniquilada, varias diezmadas, oficiales pidiendo fuego artillero sobre su propia posición por estar inundados de rusos. Abandonados a su suerte, durante todo el día pelearon como fieras, a la desesperada. Casi la mitad murieron o desaparecieron, pero frenaron a los rusos, les hicieron 10.000 bajas y obtuvieron de Hitler este comentario: «Extraordinariamente duros para las privaciones y ferozmente indisciplinados». Y, bueno. Tales son los hechos y así los conté en la red social Twitter, donde recalo algunos domingos, añadiendo que entre los divisionarios no todos eran voluntarios falangistas, pues también había ex combatientes republicanos y gente que se alistó por hambre o para ayudar a algún familiar encarcelado o en desgracia. Añadí que la causa que defendían era infame, pero eso no alteraba el hecho básico: eran compatriotas, estaban en el infierno y pelearon con bravura admirable. «Quienes nos gobiernan deberían prestar atención a esas cosas -escribí-. La Historia ha probado mil veces que no hay nada más peligroso que un español acorralado».

Lo interesante vino luego: tres mil opiniones de tuiteros. Yo había mencionado un hecho histórico, destacando un coraje y una tenacidad independientes de tiempos o ideologías. Algo que ocurrió y que está -debería estar- en los libros de Historia por las mismas razones que la toma de Tenochtilán, el saco de Roma o la liberación de París por los republicanos españoles de la Nueve. Y sin embargo, no pueden imaginar la que se lió en Twitter: los insultos y descalificaciones entre quienes discutían. Algunos me incluyeron, claro. Eso fue lo más revelador: ultraderechistas acusándome de rojo por haber calificado de infame la causa que la División Azul defendía en Rusia, y ultraizquierdistas acusándome de facha por hablar de la División Azul en vez de sepultarla en el negro olvido. Y entre unos y otros, docenas de tuiteros tirándose los trastos a la cabeza con argumentos ideológicos, orillando el hecho principal: el episodio histórico, su épica objetiva y su interesante consideración. La Historia, en fin, que no es buena ni mala, sino llave para comprender el pasado y el presente. Y a veces, para prever el futuro.

Así que una vez más recordé las palabras de mi abuelo. Pensé en Goya. En ese cable suelto que los españoles llevamos sumergido en bilis en algún lugar del corazón. En ese rencor cainita, desaforado, siempre dispuesto a simplificar el mundo en un estúpido nosotros y ellos. En esa necesidad nuestra, no de vencer y convencer, sino de vencer y exterminar al vencido. Borrar hasta su huella. Fusilar al que levanta las manos, en vez de ofrecerle un pitillo y mirarlo a los ojos. Prueben a elogiar en público el valor de moros y cristianos en Las Navas, o el de republicanos y nacionales en El Ebro. Saltarán voces criticando la igualdad de trato, la falta de etiqueta diferencial, la ecuanimidad ante el valor y el sacrificio, como si éstos tuvieran que depender de ideologías para ser admirables. Nadie puede ser admirable si no pertenece a mi bando, es la lectura final. Esto repugna y entristece, porque no es de ahora. Pese a lo que afirman los tontos, no lo inventó Franco, ni la República: viajemos a la Dictadura, a las guerras carlistas, a Fernando VII, a la Inquisición. En pocos lugares de Europa hubo tanta saña y tanta vileza. Mientras en otros países -también en eso envidio a Inglaterra- la inteligencia o el valor del adversario son a menudo motivo de admiración y respeto, en España no hacen sino aumentar la envidia; la ira de quien, una vez dueño de la trinchera, remata la faena con toda clase de vejaciones introductorias al tiro en la nuca. Tiro que, por otra parte, aplica con más entusiasmo quien nunca corrió riesgos antes. Quien más lejos anduvo, durante el combate, del verdadero campo de batalla.

Pérez Reverte


Una vez leído el texto tengo que plantear algunas cuestiones. Nos dice Reverte que la motivación de la División fue infame.
Mi pregunta es clara, ¿acaso asume, el señor Reverte, el argumento giliprogre de que la división azul acudió a la guerra a ponerse al lado de la causa nazi.?
Bien para un hombre al que considero inteligente, le planteo la siguiente cuestión.
Si la División azul estaba interesada en el nazismo, ¿porque no se formo al comienzo de la guerra?.¿ Porque si lo hizo cuando empezó la campaña contra Rusia.?
La respuesta es clara, la división azul no era de ideología nazi, tan solo era de ideología anticomunista. De esto se dieron grandes muestras, tales como las preguntas a Franco sobre las intenciones de la división por parte de los mandos militares españoles..
 Ó cuestiones  como la jura de fidelidad a hitler en su LUCHA CONTRA EL COMUNISMO. Hecho que inhabilitaba a la división para participar en otros frentes que no fueran el ruso. Y además  alteraba el juramento acostumbrado en el ejercito Alemán , para el resto de unidades.
Nos habla también de soldados forzados  ¿Por qué? Entonces, al llegar al campamento en Alemania, se pidieron voluntarios para regresar a España por exceso de tropa y nadie quiso regresar. Hasta el punto de tener que formar el Batallón de reserva móvil.

Por otro lado en toda la documentación que busque el señor reverte no encontrara si no frases relativas a la lucha contra el bolchevismo y nunca como dice el otro reverte contra el judeó bolchevismo.

También recurre a otro argumento disculpatorio que es falso, como es decir que alguna gente fue a la división huyendo del hambre. Falso también, por aquel entonces la organización Todt reclutaba obreros en España con destino a Alemania con sueldos cuando menos iguales, (que normalmente eran superiores al de los divisionarios) y desde luego en aquel entonces sin riesgo de que te pegaran un tiro.

Y ya puestos a corregir, decirle a Reverte que no fueron dos divisiones rusas sino cuatro y reforzadas con algunos regimientos de esquiadores siberianos.
 


Por lo demás , sobre todo el cainismo español, solo puedo decir AMEN


Manuel Maqueda

No hay comentarios:

Publicar un comentario